Aida Santelices Kostópulos, escritora:

LENKA FRANULIĆ ZLATAR

Lenka Franulić, una mujer hermosa por dentro y por fuera,“bakana”, como dirían ahora, nace aquí en nuestra ciudad. Terminada la secundaria se va a estudiar a la capital con el deseo de volver como profesora de inglés, sin saber que su inteligencia y erudición la encumbrarían por sendas que la harían ganar en un mundo que era exclusivo para hombres. Fue pionera, conquistó espacio y respeto entre sus colegas a fuerza de trabajo y calidad.

Todo comenzó en la revista Ercilla cuando aún era estudiante de inglés en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, la contrataron para realizar traducciones, el director quedó sorprendido. Ahí intuyó, Lenka, que lo suyo no era la pedagogía sino la prensa escrita. Su primer trabajo fue como periodista de artículos culturales en la Revista Hoy. Escribió reseñas de notables escritores que después reuniría en su primer libro: “Cien Autores Contemporáneos” (1939).

Cuando cerró la revista Hoy, Lenka, se convirtió en periodista de la revista Ercilla. Entrevistó a importantes personajes del momento; fue la primera en conversar con los presidentes electos; Gabriel González Videla, Carlos Ibañez y Jorge Alessandri. También viajó por el mundo y entrevistó a protagonistas de la historia mundial, como Mariscal Tito, Jean Cocteau, Juan Domingo Perón, Fidel Castro, Jean Paul Sartre, entre muchos otros.

Fue la primera mujer en ganar el Premio Nacional de Periodismo (1957) correspondiente a la mención crónica. Al año siguiente fue galardonada como la Mejor Periodista del Año por la Sociedad Profesional de Mujeres Periodistas de los Estados Unidos (ha sido la única chilena que ha recibido este honor).

Lenka Franulić fue una trabajólica empedernida que atesoró su soltería porque el periodismo fue su pasión absoluta. Una señal indiscutible de quien ama lo que hace. Hoy, un premio importante para mujeres destacadas vuelve inmortal su nombre.

Su tumba, ubicada en el Mausoleo Yugoslavo del Cementerio General de Santiago, tiene una lápida esculpida por la artista también antofagastina, Lily Garafulic , ganadora del Premio Nacional de Arte Plásticas (1995) y, a modo de epitafio, se lee una frase que le dedicó su gran amigo Pablo Neruda: “Eras presencia de mujeres y lección para un millón de hombres”.