Sucre es la capital de Bolivia, mientras que La Paz es la sede del gobierno. La ciudad fue fundada en el siglo XVI y es considerada una de las más hermosas de Bolivia, donde viven casi 400.000 habitantes a 2.810 metros sobre el nivel del mar, la mitad de los cuales son indígenas.
De los croatas, de los cuales hoy, junto con sus descendientes, hay unos 8.000 en Bolivia, los más numerosos son los habitantes de la isla de Brač. En los años 30 del siglo XX, Frano Drpić, Rudolf Martinić y Petar Janković tenían tiendas y hoteles, entre los cuales era famoso el hotel «Londres» de Petar Jutronić. En ese momento, Matulić & Martinić tenía una fábrica de dulces y chocolates.
Ivan Paško Šitić hijo de Ivan y Ana Tvrdic, nacido en Split 14 de mayo de 1884, también vivía en Sucre.
Ivan Pasko Sitic
Estudió en la Facultad de Derecho en Praga y culminó su formación en la universidad de Viena, obteniendo el título de Abogado.
Después del examen de graduación, retornó a su natal Split; trabajó en la corte aplicando su conocimiento en la magistratura. Paralelamente, junto a sus cuatro hermanos y cinco hermanas, ayudaba a su padre en el cultivo de sus tierras agrícolas, además de producir vino y vender el excedente. (experiencia que posteriormente le sería muy útil).
A los 30 años, junto a su hermano Stanislav, partieron rumbo a América, con el sueño de venir a contar a la comunidad croata, las noticias del viejo mundo. Su primer destino: Buenos Aires, capital de Argentina.
Hermanos Ivan Pasko y Stanislav
Como buen escritor, estuvo en Buenos Aires asumiendo el cargo de Redactor en Jefe del periódico Jadran (el Adriático), domiciliado en la calle Defensa 1326. El primer número salió a la luz el 11 de noviembre de 1915, tal como señala el archivo de ediciones impresas de la diáspora “Publicaciones periódicas de emigrantes yugoslavos en América del Norte y del Sur, 1914-1945”
Tres años después, a finales de 1917, parten a Chile para conocer la amplia comunidad migrante. Posteriormente llegan el 20 de mayo de 1918 a Cochabamba – Bolivia, donde Stanislav fijará su residencia e Iván partirá cinco años después a Sucre, la capital de Bolivia. El estado nacional, le otorgó el Carnet de identidad boliviano No. 138.
Instalado en la ciudad blanca( Sucre), inaugura un almacén en la calle Aniceto Arce, donde se dedica al comercio en general; adquiere un pequeño terreno cuyo destino es la siembra y cosecha de uva para producir vino, según la receta aprendida en su natal Split.
El 26 de abril de en 1930, luego de un largo cortejo, contrae nupcias con María Bertha Orías Carvajal, nacida en Sucre el 18 de julio de 1902. La vida familiar fue llena de amor, trabajo y profunda fe en Dios.
Los siguientes años enfocan sus esfuerzos en la bodega, traspasando a su esposa la fórmula y el procedimiento de producción y almacenaje de los toneles. Fruto de esta unión, en 1933 nace su primogénito, Iván Vladimir. El 23 de abril 1935 nace Ana Milka Raquel y el 30 de abril de 1939 nace su última hija, Kathya.
A fines de agosto de ese año sufrió una dolencia en la vesícula la cual se agravó con un cuadro agudo de peritonitis, falleciendo los primeros días de septiembre con tan solo 55 años. Deja un legado inolvidable; sus tres hijos le dieron 13 nietos y 27 bisnietos.
Un periódico yugoslavo de la época, da cuenta de su muerte en el periódico Jadrán, así como su colaboración a los emigrantes en América del Sur: “siempre fue una persona de fuerte significación, pura honestidad, hermoso ejemplo de un hombre honorable forjado en la antigua herrería”. La familia también hace un agradecimiento público a toda la comunidad por el apoyo a los dolientes y, ante todo, a Ivan Pasko Šitić Tvrdić, quien cerró los ojos lejos de su amado Adriático.
Milka Costas, nieta de Iván escribió:
Mi abuelo Iván tuvo tres hijos: Iván Vladimir, Milka y Kathia. Aunque corta, su vida estuvo llena de amor, trabajo y profunda fe en Dios. Mamá me dijo cuánto amaba a su padre. Todas las noches se sentaban juntos, ella en el de él e Iván Vladimir en el regazo de su madre. El padre les contaba historias y, después de orar, se quedaban dormidos. Mi madre soñaba con ir a Split, con caminar por la ciudad, las calles que sólo conocía a través de fotografías antiguas. Su sueño no se hizo realidad, pero transmitió su deseo y amor por Split a sus hijos.
Con motivo de su muerte en 1932, se publicó un artículo en el diario de Split «Novo doba».
En el año 2014, Zelimir Šitić, publicó un documento fruto de su investigación sobre el apellido Šitić, desde la primera mención hasta hoy. La mayoría vive en Split, hay otra familia en Zagreb, y otra está en Belgrado. Muchos de los familiares nacieron y viven en Bolivia, Chile, Argentina y Estados Unidos Afirma que gracias a la amabilidad del personal de los Archivos del Estado de Split, pudo seguir los libros de nacimientos, matrimonios y defunciones a lo largo de los siglos XVII, XVIII y XIX. Para el período del siglo XX utilizó innumerables contactos con parientes cercanos y lejanos y, por lo tanto, obtuvo datos valiosos reflejados en los siguientes cuadros.
… No somos muchos, pero estamos en todas partes”.
Branka Bezić Filipović
Cortesia de: Snjezana Dedic, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia