Nací el 15 de abril de 1965 en Dubrovnik, y pasé la mayor parte de mi infancia con mi madre Tereza y mi padre Ivan en Lopud y en parte en Korčula, en Čara, de donde es mi difunto padre. Pasé parte de mi infancia en Zagreb, donde fui a la escuela ‘Silvije Strahimir Kranjčević’ y luego a la escuela ‘Ruđer Bošković’. Luego regresé a Dubrovnik, a la Escuela Marítima.

En 1989 me fui a Estados Unidos y en 1991 abrí mi propia empresa constructora en Nueva York. Luego, en 2013, abrí el restaurante Dubrovnik y realicé una exitosa historia de hospitalidad. Es el primer restaurante croata real en Nueva York donde todo es croata, desde la comida, el vino, el aceite y, por supuesto, hay chefs y camareros croatas.

Estoy orgulloso de mis hijos, Ivan, Željko, Izabela y Robert, que ayudan en el restaurante y seguirán promocionando la comida croata y las recetas de NONA (abuela). Su madre húngara Ildiko Kaszas también ayuda en nuestro restaurante familiar.

En el fondo, sigo siendo un verdadero hombre de Lopud, Dubrovnik y orgulloso croata, y mi restaurante Dubrovnik se ha convertido en un lugar de reunión de culto para muchos croatas en Nueva York y muchas organizaciones croatas. El restaurante Dubrovnik es un verdadero pequeño Dubrovnik, una verdadera pequeña Croacia, donde se organizan muchas fiestas croatas, cenas benéficas, festivales de San Blas, Día Nacional, y ayudo desinteresadamente y participo donde sea necesario en nuestra comunidad croata en Nueva York. Al comienzo de la pandemia de Covid, que afectó por primera vez a New Rochelle, donde se encuentra el restaurante Dubrovnik, doné alimentos a quienes estaban en primera línea, a saber, hospitales, bomberos y policía. Por mi trabajo y ayuda humanitaria, recibí un certificado de agradecimiento de la ciudad de Nueva York. Restaurante Dubrovnik también es muy popular entre los estadounidenses que disfrutan de la cocina croata no solo en Nueva York, sino que es conocido en toda América como uno de los mejores restaurantes croatas. Por mi contribución en la promoción de la cocina croata y el trabajo humanitario, recibí el reconocimiento del Congreso Americano Croata, del cual soy miembro.

 

Mi mensaje a las generaciones futuras es que no hay éxito sin perseverancia y voluntad.

Željko Tomic